Ingredientes:
Para la base:
-200g de galletas tipo digestive
-100g de mantequilla derretida
Para el relleno:
-500g de queso crema
-200g de azúcar
-3 huevos
-1 cucharadita de extracto de vainilla
-200ml de crema agria (o nata para cocinar)
-2 cucharadas de harina común (opcional, para una consistencia más firme)
Instrucciones:
Precalienta tu horno a 180°C (350°F). Engrasa ligeramente un molde desmontable para tartas.
Tritura las galletas digestivas hasta que se conviertan en migajas finas. Puedes hacerlo utilizando un procesador de alimentos o colocándolas en una bolsa de plástico y triturándolas con un rodillo.
Mezcla las migas de galleta con la mantequilla derretida hasta que estén bien combinadas. Presiona esta mezcla de galleta en el fondo del molde para tarta, creando una base uniforme. Refrigera mientras preparas el relleno.
En un tazón grande, bate el queso crema y el azúcar hasta que la mezcla esté suave y cremosa.
Agrega los huevos uno a la vez, batiendo bien después de cada adición. Añade el extracto de vainilla y continúa batiendo hasta que esté bien incorporado.
Si estás utilizando harina, añádela ahora y mezcla bien. Esto ayudará a darle una consistencia más firme al relleno.
Agrega la crema agria (o nata para cocinar) y mezcla hasta que esté bien incorporada.
Vierte la mezcla de queso crema sobre la base de galleta en el molde para tarta.
Hornea en el horno precalentado durante aproximadamente 45-55 minutos, o hasta que los bordes estén firmes pero el centro aún esté ligeramente tembloroso.
Una vez horneada, retira la tarta del horno y deja que se enfríe a temperatura ambiente. Luego refrigérala durante al menos 4 horas, o preferiblemente durante toda la noche, antes de servir.
Antes de servir, puedes decorar la tarta con frutas frescas, salsa de frutas o simplemente espolvorear un poco de azúcar glas por encima.
